- 18 de abril de 2018
- Escrito por: Soledad Rico Vidal
- Categoría: Actualidad

Un año más, las candidaturas para la Granza de Oro de AVEP han sido muy concurridas. En esta edición 2018 y contando con candidaturas todas ellas muy merecedoras, el Comité de Honores de la Granza de Oro de AVEP ha condecorado con su más reconocido galardón a los hermanos Pérez Cerdá por su trayectoria profesional y destacados méritos.
Conozcamos un poco su historia.
Todo se inició en 1977 gracias a la ilusión de tres hermanos: Juan, Reyes y Paco, que empezaron a hacer probaturas con plástico simplemente porque les gustaba y motivaba todo aquél mundo. El primer producto: un cono usado en las heladerías de la zona para hacer los cucuruchos. Con aquello, consiguieron ganar unas cuantas pesetas que reinvirtieron en aquel pequeño sueño y que les permitió empezar a trabajar el juguete, fabricando y pintando cabezas de muñecas.
Los primeros años se llevaron a cabo con mucho esfuerzo y sacrificio, ya que tuvieron que ir superando una dificultad detrás de otra: compraron las primeras máquinas y no les daban la luz en el polígono industrial, un cliente les dejó una gran deuda, sufrieron una gran inundación en el pueblo… Poco a poco fueron sobreponiéndose a todos estos retos gracias a su fuerte compromiso y a varias claves: mucho trabajo y reinversión. Ellos mismos se repartían el tiempo libre de sus cuatro primeros trabajadores para que las máquinas no pararan durante las 24 horas del día, y, además, cualquier beneficio que iban obteniendo siempre era reinvertido para mejorar aquella empresa familiar que ya habían conseguido formar: PÉREZ CERDÁ.
Todo esto, junto con varios clientes esenciales, les permitió ir diversificando el negocio y trabajar en otros sectores diferentes al del juguete. Empezaron, entre otros, con el calzado y el mobiliario, desarrollando su trayectoria hasta poder realizar productos prácticamente para cualquier sector.
Uno de los retos más importantes para estos tres hermanos fue dejar paso a sus hijos en el negocio. Fue una etapa intensa en la que, después de varios años, se consiguió llegar a un consenso materializado y firmado por todos los componentes de la familia; un Protocolo Familiar que permitió profesionalizar aún más la empresa y crear diferentes órganos responsables.
Actualmente, Antonio Reyes Pérez Rodríguez -uno de los hijos- ha cogido las riendas de la empresa como Director General, y gracias a su impulso, ese sueño inicial no sólo se ha consolidado, sino que, además, ha recibido diferentes premios y menciones tanto por su trayectoria empresarial como familiar: Premio Cámara de Comercio de Alicante, Premio Bankia y Premio Empresa Familiar, entre otros. Dichos reconocimientos son posibles gracias a todo el equipo humano que hoy forma parte de la empresa, y que ha evolucionado desde los tres hermanos y sus cuatro primeros empleados, a los 9 primos y 130 empleados que, aproximadamente, hacen posible hoy la existencia de PÉREZ CERDÁ PLÁSTICOS.
Con ellos, han evolucionado sus instalaciones también, y la primera planta de 1000 metros cuadrados es hoy en día un complejo industrial de más de 32.000 m2, que alberga 65 máquinas de inyección; el primer horno manual en el que fabricaban las cabezas de muñeca, es actualmente una máquina de Inyección Bimateria rodeada de otras con Inyección Asistida por gas; se trabaja mediante el método Lean Manufacturing y se dispone de Certificados ISO 9002 y 14001, así como ISO TS 16949.
Primeras muñecas
Construcción primera nave
Los tres hermanos el día de la consolidación de la empres
Nuestro Director General, Antonio Reyes Pérez Rodríguez, recibiendo el premio AE
Instalaciones actuales
El valor del trabajo y el compromiso por la empresa es lo que han transmitido Reyes, Juan y Paco a sus sucesores, haciendo posible que hoy en día se haya generado un Grupo Industrial entorno a esta empresa formado por varias compañías especializadas en sectores independientes como el automóvil, la logística, los envases y el mobiliario.
Hoy, jubilados, estos tres hermanos aún recuerdan entre risas las primeras visitas a Italia para comprar las máquinas iniciales o cómo sus mujeres y sus hijos pasaban con ellos los fines de semana y las vacaciones en la fábrica, trabajando todos por un sueño común. Y es que, al fin y al cabo, son 40 años de recuerdos que les hacen agradecer todo el apoyo que han recibido de sus familiares y amigos.
Foto actual de los tres hermanos
Algunos miembros del equipo actual de Pérez Cerdá